Inauguramos el año con nuevo móvil en el lobby del Hotel Alma Barcelona, en esta ocasión de manos de la artista Cecília Bofarull, pintora, diseñadora y creadora de relatos visuales.
De sus manos ha brotado un cautivador bosque de abedules centenarios, compuesto por 130 acuarelas de 1m de alto y un ancho de 15cm en los troncos y 30cm en las copas. Un móvil hipnótico y espiritual, que en su conjunto mide 18m de altura y 4m de anchura, alto y delgado, como los infinitos abedules que conectan cielo y tierra.
En sus acuarelas se mezclan manchas, luces y sombras de diferentes tonos y colores. Grises, blancos y negros para la zona inferior, emulando los troncos plateados de estos colosales árboles. Y en la zona superior, los ocres, verdes y azulados nos remiten al espectro de colores que atraviesa la copa del abedul durante el año.
El abedul (Betula sp.) es un árbol originario del norte de Europa, América y Asia donde los climas son muy fríos. Vive unos 100 años y alcanza alturas de alrededor de 20-25 m, siendo sus raíces poco profundas. Es un árbol fácilmente reconocible por tener una corteza muy fina de color blanco-plateado.
Debido precisamente a su corteza de plata, el abedul es considerado un árbol sagrado por muchos pueblos europeos, símbolo del Sol y la Luna. También representa la sabiduría y la iluminación.
Si tenéis la ocasión de pasear por nuestros jardines de Barcelona y Pamplona, los podréis ver al natural.
Cada mancha se pintó de forma azarosa, dejando que el agua y el color, formaran las formas de los troncos y el follaje. Las acuarelas conectan unas con las otras, fueron creadas en un mismo espacio y momento, para que la obra fuera continuada entre las acuarelas y entre los módulos. Se pintó a partir de la acuarela de referencia de todo el bosque representado, reticulado y después proyectado en cada acuarela individualmete (*foto arriba a la derecha).
Os dejamos estos minutos que transmiten una de las sensaciones de nuestro “Bosque de Abedules” que nos impresiona. Es esta paz y como el movimiento de las acuarelas hipnotizan e invitan a sentar, mirar y no pensar en nada más.
Deseamos que nuestros huéspedes, puedan disfrutar 10 minutos meditando y observando, como si estuvieran en medio de la naturaleza y dejar pasar el tiempo, sin hacer ni pensar en nada. El secreto es poder subir en alguna planta, a, mediodía para observarlo en plena luz del día o al atardecer donde aparece un juego de sombras misteriosas y sugerentes.
Es naturaleza, calma, movimiento, equilibrio y tiempo.
¿Y qué es Alma sino tiempo?
*Fotos Sandra Gross